sábado, 11 de julio de 2009

Besos para un amor eterno




Los hombres ponen toda su voluntad para hacer las cosas lo mejor posible dentro de los cánones que les han enseñado. Si aceptas que llegan hasta donde han aprendido, esa aceptación produce una ternura que se convierte en agradecimiento y más amor.
Un hombre tiene toda la capacidad de sacarte de quicio por cosas nimias: la manera en que estornuda haciendo un estruendo que se escucha a kilómetros, la manera de marcar su rastro por donde pasa o la costumbre de dejar la mayonesa fuera del refrigerador y arriesgar una muerte masiva por salmonella…y cada una de esas cosas puede ponerte de pésimo humor. Una pareja amiga pensó en separarse porque ella no toleraba que el mirara el partido cuando ella hablaba y él no toleraba que ella hablara mientras el miraba el partido. Pero llega un momento en la vida en común, que si has resistido el tiempo suficiente, ya no quieres separarte de él.
Cuando una pareja está unida, ambos segregan una hormona llamada oxitocina, que es la hormona que produce tu cuerpo para estimular el parto, y que te hace sentir tanto apego por ese bebé como para que no lo mates porque no te deja dormir con sus llantos. Esta misma hormona aparece en una pareja unida, y es la que impide que mates a tu marido porque no te deja dormir con sus ronquidos.
Cuando ya sabes cómo son los hombres y te esfuerzas por aceptarlos con sus taras- porque nada que valga la pena en la vida llega sin esfuerzo- se produce en la pareja el Síndrome de Estocolmo, en el cual la secuestrada ( tú) te enamoras de tu secuestrador. Esto explica que en las peleas más serias ni se te ocurra divorciarte, sino asesinarlo.
Como dice Saint Exupery: “El tiempo que perdiste por tu rosa es lo que hace a tu rosa tan importante. Eres responsable de lo que has domesticado”. Un hombre domesticado es lo mejor que te puedes llevar al Ovni, y lo mejor que te puedes llevar a cualquier otro sitio. Con o sin Ovni, todos somos navegantes en esta gran nave llamada Tierra que ni se sabe adónde nos está llevando ni para qué. Es un viaje bastante solitario, donde vas rodeada de gente muy ocupada en sus propios quehaceres. Así que si estás viajando, más vale hacerlo en la buena compañía de un hombre con el que sientes cierto apego, al que has aprendido a comprender, entender, apreciar y hasta a amar. ¿Y qué es amar?
Una amiga dice que “Amar es cuando te alegra que él llegue temprano a casa”. En la serie Mad about you Helen Hunt le dice a Paul Reiser: “Tú haces que mi vida sea grande y divertida.No se bien por qué. No sé qué otra cosa hacemos aparte de limpiar y quejarnos de que querríamos estar durmiendo. Pero ya estamos acostumbrados a eso. Lo que sé es que tengo mucho para decirte y no me interesa decírselo a nadie más.” Su marido le responde : “Quiero que sepas que en un universo que es un 99% de decepciones, tú eres lo único seguro, eres la prueba de que la vida es buena”.
Toda pareja tiene sus altibajos, sus broncas y diferencias. Lo importante es que entre los gruñidos las quejas y las protestas, haya pausas gloriosas llenas de carcajadas, besos y sonrisas que prueban que podrías vivir sin él, pero que es infinitamente mejor vivir con él.
Recuerda que en cuestiones de amor, por suerte, somos iguales. Los hombres sienten y necesitan exactamente lo mismo que tú: saber que lo aprecias.
Por eso, en vez de quedarte esperando que él te bese, bésalo tú.
Total, durante el beso, no notarás la diferencia.

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